Para responder esta pregunta debemos de recordar que el cliente no compra sólo un producto/servicio. La experiencia de compra y los beneficios asociados a dicho producto/servicio, constituyen parte de un todo, que es evaluado en la decisión de dónde realizar la compra y, posteriormente, en si regresar o no a nuestro establecimiento.
La mayoría de los empresarios nos enfocamos en tener un buen producto/servicio pero descuidamos, entre otros, la exhibición, el orden, la limpieza, la decoración y la atención.
¿Por dónde empezar? Una excelente manera de empezar es ponerse en los zapatos del cliente e imaginar todo el proceso que sigue (su experiencia de compra) desde que busca estacionamiento o llega caminando, la primera imagen que ve de nuestro local, la primera persona que lo recibe, lo pasos que se siguen en la venta, hasta que la persona se retira. Pensemos si cada uno de estos pasos resulta placentero y si se podemos mejorarlos. Recordemos que los pequeños cambios logran una gran diferencia.